Motivos de los Conflictos Familiares

INTRODUCCION

Los “Medios Alternativos de Solución de Conflictos” (como la mediación, la negociación, la conciliación y el arbitraje) se hacen cada vez más habituales y necesarios y generan un cambio positivo en el pensamiento de los ciudadanos y de los operadores de la  justicia, porque ayudan a crear  una “cultura a favor del no litigio” sino de la “solución consensuada” de los conflictos. El conflicto aparece como la manifestación de un problema que necesita una solución conducente a buscar alternativas que resuelvan y atiendan las necesidades de todos los implicados, con el fin de adoptar un acuerdo satisfactorio, duradero y estable para todos.
La mediación familiar está demostrando en todo el mundo muchas ventajas como la descongestión de los Tribunales y Juzgados, la celeridad y economía de tiempo y de dinero, el incremento de la participación de los actores del conflicto y la capacidad que tienen todos ellos de asumir su propia responsabilidad personal en la solución del problema. Esto no quiere decir que la mediación familiar sustituya a los Tribunales de Justicia, pero sí que puede “descargarlos” de algunos asuntos que pueden resolverse extrajudicialmente
En demasiadas ocasiones, vemos a las partes más preocupadas en negociar en términos de ganar o perder. Cuando las partes solicitan el servicio de mediación, se sorprenden de que el mediador les explique que se trata de buscar la solución que sea mejor para todos los implicados y que lo importante es que todos ganen. Resulta difícil pensar que no existe un ganador y un perdedor cuando estamos ante un proceso de mediación familiar, que todos pueden escuchar y comprender lo que dice el otro y pasar de un “esquema” vencedor y vencido, fuerte y débil, ganador y perdedor, a un plano de igualdad de condiciones para hablar, para ser escuchado y para ser valorado en sus pretensiones





MOTIVOS DE LOS CONFLICTOS FAMILIARES
 Hay muchos conflictos familiares que pueden ser consecuencia o producto del nivel social. Desde los más pobres hasta los de clase A
 1. Pobreza. Trabajo eventual del padre o desempleo tiene como consecuencia mal trato físico o psicológico a la esposa e hijos
 2. Falta de dedicación por parte de los padres con los hijos. Generalmente es por motivos de trabajo o vida social activa
 3. Parejas que no se llevan bien y su comportamiento repercute en la familia
 4. Separación de los padres.
 5. Divorcio
 6. Infidelidad por parte de uno o de los dos cónyuges.
 7. Hijos rebeldes
 8. Uso de alcohol y drogas.
 9. Hijos que optan por formar parte de una pandilla. Causa: se sienten acogidos integrando un grupo
 Y la lista sigue.

Cuando una familia se encuentra a la deriva y sin dirección clara, decimos que existe un
conflicto.
Padres demasiado permisivos, progenitores que proyectan en sus hijos sus propias frustraciones, parejas que utilizan a los niños en sus disputas, abuelos que desautorizan a los papás... Los conflictos familiares son múltiples y diversos, pero casi todos obedecen a la falta de unos límites y jerarquías claras.
Se considera que una familia es funcional o sana cuando es un sistema abierto, con vínculos y límites con el exterior e integrado en el tejido social, que cumple una función de amortiguación social entre el sujeto y la sociedad; que busca el crecimiento y el bienestar de todos y se mantiene con el cambio o la evolución de todos; que asume los distintos roles que le llegan al integrarse en ella nuevos miembros y en el que hay una comunicación abierta, clara y directa.
La aparición de un problema en la familia, por lo general, coincide con algún cambio efectivo o previsto que amenaza con alterar el equilibrio. Las familias entran en crisis por una desgracia inesperada, por la desaparición de uno de los cuidadores, por problemas estructurales o por cambios en el ciclo vital.
La estructura familiar es el conjunto de pautas que determinan cómo se organiza una familia: la jerarquía, los límites y los subsistemas. La familia es sana cuando la jerarquía está depositada en los padres y los límites son claros. Los progenitores que no actúan como padres asumiendo la responsabilidad de establecer las normas o que son permisivos, llevan a sus hijos a hacer de padres.
Y cuando a un niño no se le deja actuar como tal, se siente abrumado por un exceso de responsabilidad: se le sobrecarga pronto de tareas adultas y se enfrenta a un complejo dilema por su lealtad a los padres; por satisfacer la necesidad de éstos reprime sus propias necesidades de niño, postergándose así el ritmo de su proceso de crecimiento, impregnándose las relaciones con sentimientos de depresión, cólera o tristeza.
La pareja que forma el subsistema conyugal tiene que tener unos límites claros de uno para con el otro y unos valores y unas expectativas comunes. Entre sus miembros debe estar claro el tema de la fidelidad o exclusividad, el tiempo con los amigos del otro, las relaciones con la familia extensa.
Las alianzas que se establecen entre los miembros de un mismo subsistema son alianzas sanas. Por ejemplo: los padres que se alían para defender las normas que imponen a los hijos, o los hermanos que se unen para defender el horario de vuelta a casa o para negociar con sus padres el tiempo de ver la televisión Una alianza es menos sana cuando se da entre miembros de distintos subsistemas. Es grave, por ejemplo, que un cónyuge desautorice sistemáticamente al otro delante de un hijo.
A veces los hijos pueden presentar síntomas causados por problemas no resueltos entre los padres. Por ejemplo, hay ocasiones en que los hijos que han sido árbitros en las peleas de sus padres empiezan a pelearse con sus hermanos. Otro ejemplo de familia patológica es aquella en la que los niños son utilizados como objetos sobre los que los padres proyectan muchos sentimientos y actitudes conscientes e inconscientes.
Otro caso es el de la familia en la que los hijos se ven atrapados en una lucha de poder entre los padres, como suele suceder en los casos de separación; o entre éstos y su familia de origen, como ocurre en el caso de los abuelos que se alían con los nietos en contra de sus padres y les consienten cosas que los padres les han prohibido.
También se da patología cuando los niños son percibidos como generadores de conflictos, vividos como fuentes de dependencia, en el caso de hijos no deseados o de padres adolescentes o inmaduros. A veces, los niños también son utilizados para gratificar las necesidades insatisfechas de dependencia. Es el caso, por ejemplo, de una persona que busca tener un hijo para así conseguir unirse a otra persona. Otras veces, los niños sirven para que sus padres salden la deuda que tenían con los progenitores: es el caso de quienes deciden tener un hijo porque sus propios padres así lo hubieran deseado y no por deseo propio.
En una relación equilibrada entre padres e hijos, el niño tiene la libertad de ser niño, desarrolla sus intereses y actividades infantiles, se va a identificar poco a poco con sus progenitores; a medida que va dominando las tareas adecuadas para su edad, se va a estimular y alentar la autonomía del niño, los padres le van a ir dejando asumir responsabilidades siempre bajo su supervisión y asumiendo su responsabilidad como padres. De esta manera, van preparando al hijo para el papel que asumirá en el futuro. El padre bueno es el que ayuda a crecer y a separarse con independencia.

Una situación de tensión hace presión en la familia y se
requieren ciertos cambios dinámicos que la estabilicen. Los roles, los valores y los
objetivos se pierden y se hacen confusos en la medida que el conflicto siga
permaneciendo en el sistema




Consecuencias:

* Violencia física, emocional y/o psicológica.* Baja autoestima en las victimas
* Enfermedades emocionales (depresión, ira, resentimientos, etc.)
* Adicción a las drogas o alcohol.
* Pérdida de la educación* Pérdida de amor a la familia, a la sociedad, etc.
* Pérdida del respeto
* Pérdida de valores cívicos y morales
* Dificultad en relacionarse o manifestar afectos emotivos.
* Decadencia económica


CONCLUSION




El cambio fundamental que se espera definirá nuevas formas de comportamiento de los
miembros de la familia. Todo aquello que implica un cambio permite crecer y aprender de
nosotros y de quienes nos rodean. Por lo tanto, los conflictos familiares son avances y
crecimientos, que se experimentan en todo grupo humano. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Unilateralidad de la Moral y Bilateralidad del Derecho

VICIOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Escuelas Penales